18 febrero 2019

El gran dorado



Esta historia comienza en lo más profundo de la selva, exactamente entre  Madre de Dios y la reserva del Manu, Perú, en un lugar remoto del que solo la gente que trabajo allí y logro sobrevivir saben cómo llegar, o al menos, hasta ahora.
En pleno siglo XXI,  la era de la creación, los descubrimientos y los avances tecnológicos, existen miles de formas de tomar fotografías aéreas de cualquier zona, últimamente los drones nos están dando una perspectiva impresionante del mundo, llegando a lugares donde antes nadie había llegado.
Desde hace unos años el planeta entero cada vez es más consciente del cambio climático y de que el ser humano es su propio enemigo, islas de plástico, deforestación, caza y pesca indiscriminada, las personas llevamos a la naturaleza al límite, pero la tierra es un ecosistema perfecto cada cosa tiene un propósito, un porque, un sentido se ser.
Esta historia trata de Juan Mario Quispe Mamani apodado el “Juane” que hace honor a su comida favorita (arroz verde con pollo envuelto en hojas de palma). Juane es un adolescente de 15 años pero desde los 13 su vida cambio, le toco pasar de niño a adulto en menos de 9 meses. Presionado por la familia de la chica, Juane desesperado se fue a buscar trabajo en Puerto Maldonado, Cuzco y Puno sin lograr resultados, con miedo a volver a su pueblo con las manos vacías empezó a seguir un rumor, un grupo de hombres se adentrarían en la selva para buscar oro, incluso algunos decían muy exaltados que familiares suyos habían logrado extraer en 24 horas casi 100 gramos del preciado metal. El muchacho sin pensárselo dos veces se infiltró en este grupo de “mineros” y para cuando estos se dieron cuenta de su presencia, ya estaban a varios días de caminata en el interior de la selva, logro que lo aceptaran demostrando su gran vitalidad, pero en este lugar nadie es amigo de nadie, todos van con la misma misión, conseguir la mayor cantidad de granitos de oro en el menor tiempo posible.
Las noticias mundiales se hacían eco de unas imágenes tomadas desde el aire que muestran un gran socavón en el pulmón del planta, la alerta mundial salta, cientos de titulares señalan con el dedo a Perú, “explotaciones mineras ilegales acaban con miles de hectáreas del Amazonas”, “Uno de los pulmones del planeta muere poco a poco”, “Explotaciones mineras en el amazonas, una de las principales causas del cambio climático”. Todos los países del mundo han puesto la mira en este desierto en medio del verde manto amazónico. Las naciones unidas piden de inmediato explicaciones a los dirigentes de Perú, exigiendo que se tomen acciones al respecto.
Con la brevedad de un día los comandos especiales del ejército son enviados a una de las zonas donde la minería ilegal está trabajando. Mientras tanto allí, en el corazón de la selva, se encuentra Juane, absorto de la realidad, centrado en escarbar, y sacar la mayor cantidad de lodo posible para poder encontrar un pequeño destello dorado, su objetivo era claro, a mayor excavación, más posibilidades de ganar dinero, sabiendo que de lo que encuentre un diez por ciento va para el alquiler del material como motores para bombear agua a presión, bombas para extraer el lodo, palas, luces y otras muchas más cosas que se necesitan o mejor dicho facilitan la extracción, además de otro impuesto añadido que es el que se lleva el capataz, quien dirige la excavación, haciendo cálculos llevando trabajado más de treinta horas sin descanso puede que Juane gane trescientos soles, dinero que es vital para poder alimentar su familia, la cual iba a crecer muy pronto.
Todos los operativos están listos para la incursión, veinte lanchas rápidas con soldados armados  y un helicóptero se encuentran a escasos metros de descubrir la explotación ilegal. Pero al llagar se encuentran con panorama más que desolador, aquello era escalofriante, donde antes había vegetación, naturaleza, vida, ahora solo quedaban bañeras de lodo, agujeros de cincuenta metros de profundidad, arboles talados, maquinaria pesada, tuberías,  destrucción y desolación. Sin embargo no encontraron a nadie, alguien debió dar la voz de alerta, haciendo huir a los mineros hacia el interior de la selva. Los militares destruyeron todo lo que encontraron con explosivo, asegurándose de que ese material no se pueda reutilizar.
Cuatro días después de estar perdido en la selva, prácticamente sin comer y durmiendo en lugares donde los animales e insectos peligros son más seguros que el propio ejército, Juane da con unos pescadores que le llevan de vuelta a su pueblo, intentando guardar al compostura y mostrando la hombría que le habían enseñado, se llevó a su novia e hijo para formar su familia. Dos años después el muchacho sigue adentrándose en la selva, trabajando día y noche entre agua, lodo y enfermedades para ganar doscientos soles si tiene suerte, lo que llevo a tomar decisiones difíciles, cambio la vida sedentaria por una vida nómada en la que le acompañan sus dos hijos y su novia un año más joven que él.
Desgraciadamente su historia acaba aquí, en una de las intervenciones del ejército, se vio envuelto en un fuego cruzado que acabó con su vida, de su novia y sus hijos jamás se volvió a saber nada, pero desde entonces es tradición entre los mineros hacer una oración por ellos antes de las comidas y ofrecer a la pachamama un plato de juane en forma de ofrenda. Las poblaciones más vulnerables son las  víctimas de un estado en conflicto eterno por el control del gran dorado.