Esta historia comienza en lo más profundo de la
selva, exactamente entre Madre de Dios y
la reserva del Manu, Perú, en un lugar remoto del que solo la gente que trabajo
allí y logro sobrevivir saben cómo llegar, o al menos, hasta ahora.
En pleno siglo XXI, la era de la creación, los descubrimientos y
los avances tecnológicos, existen miles de formas de tomar fotografías aéreas
de cualquier zona, últimamente los drones nos están dando una perspectiva
impresionante del mundo, llegando a lugares donde antes nadie había llegado.
Desde hace unos años el planeta entero cada vez
es más consciente del cambio climático y de que el ser humano es su propio
enemigo, islas de plástico, deforestación, caza y pesca indiscriminada, las
personas llevamos a la naturaleza al límite, pero la tierra es un ecosistema
perfecto cada cosa tiene un propósito, un porque, un sentido se ser.
Esta historia trata de Juan Mario Quispe Mamani
apodado el “Juane” que hace honor a su comida favorita (arroz verde con pollo
envuelto en hojas de palma). Juane es un adolescente de 15 años pero desde los
13 su vida cambio, le toco pasar de niño a adulto en menos de 9 meses.
Presionado por la familia de la chica, Juane desesperado se fue a buscar
trabajo en Puerto Maldonado, Cuzco y Puno sin lograr resultados, con miedo a
volver a su pueblo con las manos vacías empezó a seguir un rumor, un grupo de
hombres se adentrarían en la selva para buscar oro, incluso algunos decían muy
exaltados que familiares suyos habían logrado extraer en 24 horas casi 100
gramos del preciado metal. El muchacho sin pensárselo dos veces se infiltró en
este grupo de “mineros” y para cuando estos se dieron cuenta de su presencia,
ya estaban a varios días de caminata en el interior de la selva, logro que lo
aceptaran demostrando su gran vitalidad, pero en este lugar nadie es amigo de
nadie, todos van con la misma misión, conseguir la mayor cantidad de granitos
de oro en el menor tiempo posible.
Las noticias mundiales se hacían eco de unas imágenes
tomadas desde el aire que muestran un gran socavón en el pulmón del planta, la
alerta mundial salta, cientos de titulares señalan con el dedo a Perú, “explotaciones
mineras ilegales acaban con miles de hectáreas del Amazonas”, “Uno de los
pulmones del planeta muere poco a poco”, “Explotaciones mineras en el amazonas,
una de las principales causas del cambio climático”. Todos los países del mundo
han puesto la mira en este desierto en medio del verde manto amazónico. Las
naciones unidas piden de inmediato explicaciones a los dirigentes de Perú,
exigiendo que se tomen acciones al respecto.
Con la brevedad de un día los comandos especiales
del ejército son enviados a una de las zonas donde la minería ilegal está
trabajando. Mientras tanto allí, en el corazón de la selva, se encuentra Juane,
absorto de la realidad, centrado en escarbar, y sacar la mayor cantidad de lodo
posible para poder encontrar un pequeño destello dorado, su objetivo era claro,
a mayor excavación, más posibilidades de ganar dinero, sabiendo que de lo que
encuentre un diez por ciento va para el alquiler del material como motores para
bombear agua a presión, bombas para extraer el lodo, palas, luces y otras
muchas más cosas que se necesitan o mejor dicho facilitan la extracción, además
de otro impuesto añadido que es el que se lleva el capataz, quien dirige la excavación,
haciendo cálculos llevando trabajado más de treinta horas sin descanso puede
que Juane gane trescientos soles, dinero que es vital para poder alimentar su
familia, la cual iba a crecer muy pronto.
Todos los operativos están listos para la incursión,
veinte lanchas rápidas con soldados armados y un helicóptero se encuentran a escasos metros
de descubrir la explotación ilegal. Pero al llagar se encuentran con panorama más
que desolador, aquello era escalofriante, donde antes había vegetación, naturaleza,
vida, ahora solo quedaban bañeras de lodo, agujeros de cincuenta metros de
profundidad, arboles talados, maquinaria pesada, tuberías, destrucción y desolación. Sin embargo no encontraron
a nadie, alguien debió dar la voz de alerta, haciendo huir a los mineros hacia
el interior de la selva. Los militares destruyeron todo lo que encontraron con
explosivo, asegurándose de que ese material no se pueda reutilizar.
Cuatro días después de estar perdido en la
selva, prácticamente sin comer y durmiendo en lugares donde los animales e
insectos peligros son más seguros que el propio ejército, Juane da con unos pescadores
que le llevan de vuelta a su pueblo, intentando guardar al compostura y
mostrando la hombría que le habían enseñado, se llevó a su novia e hijo para
formar su familia. Dos años después el muchacho sigue adentrándose en la selva,
trabajando día y noche entre agua, lodo y enfermedades para ganar doscientos
soles si tiene suerte, lo que llevo a tomar decisiones difíciles, cambio la
vida sedentaria por una vida nómada en la que le acompañan sus dos hijos y su
novia un año más joven que él.
Desgraciadamente su historia acaba aquí, en una
de las intervenciones del ejército, se vio envuelto en un fuego cruzado que acabó
con su vida, de su novia y sus hijos jamás se volvió a saber nada, pero desde
entonces es tradición entre los mineros hacer una oración por ellos antes de
las comidas y ofrecer a la pachamama un plato de juane en forma de ofrenda. Las
poblaciones más vulnerables son las víctimas
de un estado en conflicto eterno por el control del gran dorado.